lunes, 21 de junio de 2010

Entre el abolicionismo y el reglamentarismo

Mientras escojo la mejor foto carnet (es decir, la que muestre mi mejor cara) y arreglo mi Curriculum Vitae con el propósito de vender mi maestria, diplomado, experiencia laboral y sonrisa a un posible empleador, releo a los y las feministas quienes a partir de una base muy profunda y moralizante sustentan la necesidad de abolir o eliminar del mundo a la prostitución para conservar la esencia de la mujer como persona humana debido a que ésta actividad la degrada convirtiéndola en simple mercancía.
Me hago una tonta pregunta mientras me arreglo la corbata por enesima vez antes de entrar a la oficina de mi posible empleador ¿Yo seré una mercancía que se va a vender?.

Vendiendo mi formacion academica, laboral y rostro.



Imagen aceptada por el establishment que muestra consumismo y yuppismo.
Fuente: http://apalancando.files.wordpress.com/2009/05/consumismo.jpg


Mientras escribo un artículo crítico en contra del aplastante consumismo y medicalización de la vida contemporánea, releo a las y los reglamentaristas quienes plantean una serie de normas para proteger la salud fisica y mental de los actores principales de la prostitución, es decir, el cliente y la prostituta (o supongo que también de la clienta y del prostituto, aunque no se tome en cuenta este detalle). Mas alla me encuentro con una nueva palabra para aprender: Microempresaria del sexo.
Luego de encontrar su significado sé que esta palabra designa a la prostituta, hetaira o dicteriada de la Edad Antigua, a la ramera o cortesana de la Edad Media, a la meretriz o trabajadora sexual de la Edad Moderna, etc. Pero fue "necesario" darle una connotación empresarial de acuerdo a estos tiempos, para que muchos la perciban con un mayor nivel.

¿Microempresaria?.

Fuente: http://www.abertzale.eu/wp-content/uploads/2009/06/prostituta-296x279.jpg




Foto premiada por Wolrd Press Photo
Fuente: www.juliaardon.com/category/por-la-boca/page/9/