Francisco Quevedo, el escritor madrileño nacido en el siglo XVI, define tan complicada palabra de una manera excepcional:
Amor:
“Rogarla? Desdeñarme? Amarla? Huirme? Seguirla? Defenderse? Asirla? Airarse? Querer y no querer? Dejar tocarse y a persuasiones mil mostrarse firme? Tenerla bien? Probar a desasirse? Luchar entre sus brazos y enojarse? Besarla a su pesar y ella agraviarse?, Probar, y no poder, a despedirme? Decirme agravios? Reprenderme el gusto? Y en fin, a beaterías de mi prisa, dejar el ceño? No mostrar disgusto? Consentir que le aparte la camisa? Hallarlo limpio y encajarlo justo?
Esto es amor y lo demás es risa”.
Sacado de: Diccionario Secreto - Tomo I, Camilo Jose de Zela, Editorial Alfaguara, España, 1968.
domingo, 27 de diciembre de 2009
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