domingo, 27 de diciembre de 2009

Oswaldo Chanove y su prostituta pelirroja

Llegué a la Biblioteca Nacional, como todos los sábados de aquel año 2005, atravesando presuroso la venenosa avenida Abancay, casi a las diez de la mañana, con mi listado de libros que debía leer.
Baje al sótano y me puse a buscar un folleto de poesía, que ya no recuerdo su nombre. Jalé el ejemplar pero cayó al suelo otro. Era de un tal Oswaldo Chanove.
Me senté en una de las sillas y empece a hojearlo desconfiado antes de leer el libro por el cual fui ya que pensé que estaría perdiendo valiosos minutos.
Sin embargo, me quedé embelesado de su poesía.
Muestro unas lineas de este magnífico poeta arequipeño, publicadas en su poemario “Canción de amor de un capitán de caballería para una prostituta pelirroja”, Ediciones el Santo Oficio, Lima, 2002:


Canto

Es necesario
atravesar
la hermosa alameda
el silencioso campo minado
el salon erizado
de botellas

Es necesario
pensar que la multitud ha sido dispuesta
siguiendo
un trazado
a lápiz

Es necesario
creer que todos estamos
en una casa habitada por una apretada legión de ángeles.

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