lunes, 8 de febrero de 2010

Lima del futuro

Navegando por la web de la Universidad Ricardo Palma y luego de abrir como seis ventanas al azar, encontré escondido un muy interesante artículo de mi profesor universitario y reconocido sociólogo, Eduardo Arroyo.
La desplanificación, el Metropolitano, la falta de agua, la discriminación, el alma de la ciudad, la conurbación, Asia Beach, son algunos tópicos que los comenta. El texto que muestro se compone de algunas partes del artículo.




Toda ciudad nace de una utopía urbana que encarna la visión de lo que se quiere lograr. Un diseño explica la funcionalidad de un conjunto de personas en determinado territorio con determinados recursos naturales.

Así, las Leyes de Indias elegían un espacio que creciera armónicamente con la naturaleza dando sustento a la población. Captaba la utopía de fertilidad asiática (Canáan, la tierra prometida) con agua, leña, frutos, clima templado, suelo parejo y sobre esa base nos traía los elementos de la morfología urbana greco-latina (plazas, calles y casas). Es clave la idea de autosostenibilidad. Grecia antigua planificó sus ciudades y éstas no podían tener más de 10,000 habitantes. Los excelentes eran enviados a colonizar nuevos espacios.

La utopía de ciudad que tienen los limeños la reciben de la invasión española que trae el ancestro medio oriental sumado a la influencia greco-latina. Se fusiona con la herencia indígena de los viejos pobladores de la comarca limeña que vivían aquí antes de la llegada hispana y cuyo curaca Taulichusco, controlaba la distribución del agua a través de las acequias que llegaban a la actual Plaza de Armas.

Somos hijos de ese mestizaje. Mestizos desde entonces como mestizos lo seremos en el futuro, más en un mundo globalizado que rápidamente nos convierte en hijos del planeta. Hoy tendríamos que preguntarnos: ¿Qué planes hay para el crecimiento de esta ciudad?; ¿para su aprovisionamiento de agua; ¿qué planes para dar de comer a cerca de diez millones de habitantes y por tanto casi una megalópolis?; ¿qué planes hay para dar terreno a tanto necesitado de espacio para vivir? ¿Cómo planificarla si han disminuido sus valles y sigue la revolución del cemento quitándonos espacio para áreas rurales? Es una ciudad antisostenible, salvo que se mantenga en base a elementos sintéticos o industriales. ¿Qué planes hay para que el transporte sea fluído, eficiente y no una maldición donde se desarrolle la ley de la selva llevada a su peor versión en términos de
la cultura combi, del achoramiento brutal?

Teníamos agua hasta la década del 80. La ampliación de vías acuíferas sigue dando de beber a la ciudad. Esta crece en medio del desierto y al lado de El Cairo, Lima es la segunda ciudad más grande del mundo en una zona desértica. No vemos la planificación para conseguir fuentes de aprovisionamiento de agua para el futuro. Marcapomacocha sería nuestro futuro más cercano ahora que se deshielan las cordilleras efecto del
calentamiento global...

...sumando Lima con la Provincia Constitucional del Callao son, luego del conglomerado Los Ángeles-Long Beach-Santa Ana el segundo área poblada de América en las costas del Océano Pacífico. Centraliza el 80% de la producción industrial del país. Por tanto, el futuro de Lima está estrechamente ligado a concretar la descentralización y el desarrollo normal de las regiones.

Lima no puede sobrevivir sin área rural y se ha hecho el harakiri atrayendo tanta migración. Supera toda planificación. Mal pueden sobrevivir unos casi 9 millones de habitantes con menos de ocho mil hectáreas para el cultivo...
¿Quién imaginó tanta línea de transporte antigua, pequeña y grande, corriendo por la ciudad? El achoramiento y la cultura combi se imponen en nuestra urbe de unos 8 millones y medio de habitantes prefigurando un futuro en el que vence el más fiero, el más vivo. La cultura criolla de la viveza se impone en esta jungla urbana...

...¿Será útil un Metropolitano, el Lima Bus que caminará sobre la base de la ampliación de infraestructura ya existente?...
No más calificar de nuevos limeños a los inmigrantes que es el modo de separar mentalmente a los peruanos reproduciendo la mentalidad de República de españoles vs. República de indios. Se habla de provincianos cuando Lima es ciudad pero también es una provincia y también un departamento y también la capital de todo un país. Lima es provincia pero nadie de la ciudad se dice provinciano. Hay en esa denominación un tono a marginal, discriminación. Ha quedado la concepción aristocrática en los limeños de que quien no ha nacido aquí es un peruano de segunda y la calificación de “provinciano” lo indica. Debemos decir desde ahora y hacia el futuro que ya no es correcto hablar de nuevos limeños, que eso es seguir prolongando la exclusión, la discriminación, el ninguneo, el choleo. Se trata de limeños a secas en una urbe mestiza como ahora es el planeta. Baste ver la Quinta Avenida en New York o Los Angeles considerada la cuarta ciudad mexicana del mundo o París con una tremenda colonia musulmana. Ya somos crisol de todas las sangres y en este año que celebramos el centenario de Arguedas debe reiterarse esta idea.

Capital o no será una ciudad importante no solo poblacionalmente sino a partir de su peso específico en el país. Dentro del sistema de ciudades, es la número 1. Muy a la distancia encontramos a Trujillo, Chiclayo, Huancayo, Arequipa, Iquitos y demás. Es hija de una gran conurbación urbana, encuentro de numerosos espacios que lleva a crecer de Ancón a Asia Beach. Gran macrocefalia urbana, es decir, un desarrollo asimétrico con el resto del país que avanza sometiendo al conjunto del tejido urbano. Los calificativos de Lima ciudad jardín, Perla de Pacífico son parte de su identidad en su etapa de aldea feudal y no moderna, identidad no construída por una burguesía moderna y por tanto inclusiva sino por una aristocracia feudal que necesitó borrar al resto del país e identificarse con la madre patria. Es imagen de aldea narcisista,
fetichizada llamarse “Ciudad Jardín”, “Perla del Pacífico”, “Reina de los Mares del Sur”, “La tres veces coronada villa”, “La novia del Perú”. Son imágenes despreciadoras del Perú que es ancho y ajeno a estas discriminaciones feudales. No más “limeño de pura cepa”, “mazamorrero” en esta ciudad por esencia mestiza, en donde quien no tiene de inga tiene de mandinga zanjaría Ricardo Palma. Por tanto, como decía Splenger, ¿cuál es el alma ciudadana actual? Expresar lo más hermoso de nuestra esencia andina, sea quechua o aymara como expresar también a las 60 y tantas etnias amazónicas como
a elementos criollos de configuración de nuestra personalidad colectiva.

La utopía actual es migrar de fuera de Lima rumbo a la capital pero a diferencia de los 50 en que Lima era el punto final, hoy Lima es trampolín al extranjero. No ha seguido el modelo inglés de crecimiento a partir de industrias ni el modelo parisino de anillos concéntricos ni el modelo de Milyutin de ciudad alargada o el de
Gropius (ciudad lameliforme en forma de lengua) sino que configura una estrella de cinco puntas. Lima ha crecido a partir de avenidas troncales construidas en los años 20 que unieron todos sus confines: la avenida Progreso o Venezuela, Leguía o Arequipa, Colonial, Argentina, posteriormente La Marina. No es que se coloque una fábrica y automáticamente se ubique la gente, si bien alrededor de algunas fábricas en la avenida
Argentina se asentó un ejército industrial de reserva, esa masa flotante buscando trabajo.

Lo significativo es que el grueso de la población limeña se ubica en las afueras y lejanías del viejo centro histórico. El futuro de Lima está en sus márgenes. Los segregacionistas irán hacia Asia beach pero el partido se juega en otra cancha. Lima tiene un centro, eje de identidad y memoria colectiva, sus barrios de clase media y sus grandes bolsones poblacionales hacia las afueras: al norte, la consolidada Lima norte; el sur, el nor este, este y oeste. Hacia el futuro, como ahora, el futuro se juega afuera del centro y los viejos barrios y distritos de clase media. Hoy priman varios centros, ciudad policéntrica. La utopía de fundación española ya fue sobrepasada al pivotar en torno al Centro histórico y sus calles adláteres, Jirón de la Unión y sus solares
centrales. Hoy es una ciudad más plural y alternativa.

Lima tiene futuro a partir de un poblador muy trabajador, emprendedor (el mejor empresario según encuestas extranjeras) y sumamente creativo. Es una limeñidad extensa, no excluyente...
Lima tendrá futuro cuando sea patrimonio de los limeños. La ciudad no es sólo construcción física sino centralmente un espíritu, un sentimiento, una identidad y ésta no se está construyendo por ningún lado ante la inepcia de los encargados del manejo urbano sometidos al reinado del capital inmobiliario. No estamos ante cualquier ciudad sino ante una de las ciudades más grandes del mundo.

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